Operación Paperclip, un programa dirigido a reclutar científicos nazis que posteriormente se dedicaron al estudio del lavado de cerebro y al perfeccionamiento de los mecanismos de tortura.
La evidencia que existe sobre este programa de investigación sugiere que
se utilizaban las más disímiles metodologías para manipular los estados mentales y las funciones cerebrales, incluyendo la administración de drogas y otros químicos, la privación sensorial, el aislamiento y los abusos verbales y sexuales.
Este proyecto se hizo público en el año 1975, a través del Congreso Norteamericano y gracias a las investigaciones del Church Committee y la Rockefeller Commission. Por supuesto, como es de esperar, estas investigaciones se vieron obstaculizadas porque en el año 1973 Richard Helms (director de la CIA) ordenó destruir muchos de los documentos relacionados con el Proyecto MK ULTRA. Así, las investigaciones se basaron fundamentalmente en los testimonios de personas que sobrevivieron a los experimentos.
No obstante, recientemente alguna información relativa al proyecto MK ULTRA se ha desclasificado (aproximadamente 20.000 documentos), mostrándose que cerca de 30 universidades e instituciones (como empresas farmacéuticas y clínicas médicas) formaban parte de este programa, cuyos métodos solían incluir el uso de LSD sin el consentimiento de las personas ya que entre los objetivos perseguidos se encontraba el de crear una “droga de la verdad perfecta” que sería utilizada en los interrogatorios. Se estima que para este proyecto se destinaron más de 10 millones de dólares (que en aquel tiempo era una cantidad considerable).
Otros de los objetivos del Proyecto MK ULTRA eran:
-Hallar sustancias que propiciasen el pensamiento ilógico y la impulsividad.
-Hallar sustancias que incrementasen la eficiencia mental y la percepción.
-Hallar sustancias que produjesen amnesia y confusión mental.
-Hallar sustancias que alteraran la personalidad haciendo a la persona particularmente sugestionable.
No obstante, más allá de la experimentación con drogas, también se coqueteó con la hipnosis. En este casos e intentaba promover a través de la hipnosis estados ansiosos, aumentar la capacidad de aprendizaje y de memorización, promover la amnesia anterógrada y retrógrada así como producir cambios en la personalidad.
Lo más triste es que este proyecto y todos sus subprogramas (149 en total) estuvieron asistidos por psicólogos que brindaban su ayuda a partir de la realización de entrevistas, la aplicación de test para evaluar los procesos psíquicos, la realización de análisis grafológicos o incluso diseñando algunos experimentos.
De hecho, uno de los experimentos más inquietantes fue el desarrollado por el psiquiatra canadiense Ewen Cameron. En la década de los años ’50 Cameron desarrolló un método para el tratamiento de los pacientes psicóticos basado en lo que el llamó “conducción psíquica”. Después de presentar un protocolo de estudio en el año 1957 ante la Sociedad para la Investigación de Ecología Humana, la CIA decidió respaldar sus investigaciones sobre el comportamiento.
El procedimiento en cuestión consistía en romper los patrones de conducta actuales del paciente por medio de una terapia electroconvulsiva particularmente intensa (Depatterning); y en algunas ocasiones con dosis repetidas de LSD. Vale puntualizar que en estas sesiones de terapia electroconvulsiva se llegó a usar un voltaje 30 o 40 veces mayor al que era permitido con fines terapéuticos.
Este procedimiento se continuaba con una intensa repetición (16 horas diarias durante un periodo de seis o siete días) de mensajes grabados en cintas (en ciertos casos se llegaba a transmitir el mismo mensaje más de 250 000 veces) y en algunas ocasiones el paciente también era mantenido en una situación de aislamiento sensorial parcial.
Todo este proceso tenía el objetivo de “corregir la locura” eliminando los recuerdos existentes. El problema de este protocolo, además de sus evidentes procedimientos inhumanos, es que usualmente se utilizaba en personas que poseían problemas tan comunes como la ansiedad o la depresión post-parto.
La relación entre este procedimiento y el lavado de cerebro, evidentemente fue obvia para la CIA, razón por la cual se le proporcionó a Cameron la suma de $60 000 dólares de financiamiento.
De hecho, nueve de los antiguos pacientes de Cameron entablaron una demanda contra la CIA en el año 1979. Uno de los casos más fuertes fue el de Rita Zimmerman, quien fue sometida a 30 terapias electroconvulsivas seguidas por 56 días de sueño inducido por barbitúricos y otras drogas. Durante el tiempo que se mantuvo en coma barbitúrico, esta paciente fue sometida a la repetición constante de grabaciones con declaraciones diversas. Después de la experiencia, Zimmerman quedó incontinente y sufrió de graves episodios de amnesia. No obstante, todos los pacientes no fueron tan “afortunados” ya que muchos sufrieron daño cerebral permanente.
Como dato final, curiosa ironía de la vida, Cameron fue el primer presidente de la Asociación Mundial de Psiquiatría pero también se desempeñó como presidente de nuestra querida APA del 1952 al 1953.
En el programa de TV Cuarto Milenio hablan de este proyecto:
Video documental parte 2
Fuentes:
Walker, A. (Noviembre, 2005) Project Paperclip: Dark side of the Moon. En: BBC News.
(Agosto, 1977) Project MKULTRA, the CIA's Program of Research into Behavioral Modification. Joint Hearing before the Select Committee on Intelligence and the Subcommittee on Health and Scientific Research of the Committee on Human Resources. United State Senate, Ninety-Fifth Congress, First Session". U.S. Government Printing Office. En: New York Times.
Fuentes:
Walker, A. (Noviembre, 2005) Project Paperclip: Dark side of the Moon. En: BBC News.
(Agosto, 1977) Project MKULTRA, the CIA's Program of Research into Behavioral Modification. Joint Hearing before the Select Committee on Intelligence and the Subcommittee on Health and Scientific Research of the Committee on Human Resources. United State Senate, Ninety-Fifth Congress, First Session". U.S. Government Printing Office. En: New York Times.
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